Tu voz se alza entre mi silencio
y me da mi propia voz.
Soy como el río
que bebe de sus mismas aguas,
pero cuando estoy contigo,
vuelvo a ser hombre
que bebe de sus propios sueños.
Es tanto lo que te quiero que
en la hora de la muerte
me será difícil desprenderme de tu imagen
y del amor que te tengo.
Tu voz, tu cuerpo, tu forma de ser,
monumento de la belleza y de la vida,
¡oh! estoy loco por ti,
de amor.
Te invito
a ser conmigo sólo un ser,
te invito a olvidarte de ti y de mí,
te invito a ser universo
forjando el amor infinito.