Eres un pedazo de mi felicidad,
Un rayo de luz en el camino
Eres la voz de un erudito rabino,
Eres y serás un sutil soplo en la eternidad.
Eres una estrella en el firmamento,
Que guía en las oscuras aguas al marino
Eres la ilusión de un triste beduino,
Que en la soledad purga su tormento.
Vida, ilusión y un vago sueño,
Eres tú en lo insondable del universo
Todas las palabras que forman este verso,
Eres tú la razón de mi ensueño.
Eres el candor de la vida cotidiana,
En medio de la ciudad bulliciosa
Que ahuyenta a la tierna mariposa,
Eres el color que le da vida a la mañana.
Eres el amor y la pureza,
Que se encarna en lo bello
Del relámpago un pequeño destello,
Eres el antídoto de mi tristeza.
Cuando leas este verso,
Deja aflorar una tierna sonrisa
Que tu alegría se contagie con la brisa,
Amor, déjame ver en tus ojos el universo.
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Ángel R. Anaya Puerta