Cuando un hijo se va

Se me hacia tan fácil verte
día a día
que era cuestión de rutina
el hablarte y tenerte conmigo
todas las días; y no fue
sino hasta ese tiempo
cuando vi de lejos tu partida
y en la sombra de esta casa
el entrar a tu recamara
me causa un vacío
por dentro y mucha melancolía.
Y son tus fotos
las que acogen
mi mente llena de recuerdos
desde cuando naciste
y como fuiste creciendo,
y sentado ahí,en cualquier rincón
de tu aposento
me lleno de nostalgia,
impregnado de tus recuerdos
y no me queda más…
que llorar por dentro.
Y es al tiempo
que le pido
una dosis de su olvido
para que esto pase pronto
y volverte a abrazar,
que llenes esta casa
y mi infinito vacío…
con la risa y la alegría
que desde que fuiste niña
acostumbrado estoy
a escuchar.
Hoy tu recuerdo tengo
y siempre lo mantengo
y al viento le doy
mis cartas
para que te lleguen
sin demora
y te digan que mi amor
es todo para ti.