Avance hacia el espejo

Avancé hacía el espejo,
mi cuerpo se reflejó en el cristal,
en una loca llamarada
vi mi juventud tan distante
y la muerte tan cerca.
He bebido mi vida a sorbos lentos,
mi mano se posó en mis sienes ya quebradas,
sentí agitarse mi cuerpo extrañamente,
vino el tiempo y se detuvo ante mis ojos.
Una lágrima escondida,
anidó frente a las ruinas de mi cuerpo,
mi alma, como un súbito relámpago
se rompió, regándose en la estancia,
lo contemplé ante el espejo,
pero aún así no se rebeló mi carne.
¿Qué había pasado entonces con mi pelo?
una, cien, miles de canas
habían hecho cuna en él,
recorrí mis mejillas con manos temblorosas,
¡Oh, Dios mío!
que surcos más profundos
acariciaban mis dedos.
Me estaba poniendo vieja,
los años habían curvado mi espalda,
buscando una respuesta
llevé las manos a mi corazón
cubierto de cenizas,
una tempestad había ocurrido en mi.
La imagen de la bella mujer
se había esfumado con el tiempo,
¿qué había hecho en la vida?
mis manos estaban vacías, mi piel corroída,
mis ojos marchitos, huecas mis cuencas,
tembló mi cuerpo y tembló mi alma
ante el espejo,
cogí de prisa mis carnes caídas
y las revestí con esencia de azucenas.
Volví a medir el tiempo
y me llené con el aroma de la vida,
me cubrió el canto de la vida,
me impregne de vida,
VIDA...Y MAS VIDA.
Rosagranaina
10/2/2007