Son tantas cosas las que hemos pasado,
buenas, malas, de nada me arrepiento.
Nadie cambiará estos que ahora siento,
eres mucho más de lo que he soñado.
Día feliz me diste estando cansado,
me amas sin tener nada de tiento,
enlazaste mi tiempo, no me arrepiento,
dulcemente amando te has sincerado.
Pusiste miel en mi vaso de limón
al bajarme de la barca sin timón.
Lo que tu dulce amor me provoca
no quiero evitar. En frágil resplandor
aparente, hay seguridad conmovedor,
es, la condena del dulzor de tu boca.
Autor: Alcibíades Noceda Medina