Me salva de la muerte

Aun trabajan las hormigas laboriosamente. El sol todavia calienta, y tu caminas por las sendas de mi mente. Cuando te escribo, los gorriones gorjean y una brisa alegre viene a descuidar los cabellos de mi frente. Te veo tras la luz que pliega el horizonte y rompe sus alas iluminando zanjas, abriendo tramos de alegria. MI pasion en armonia con la tierra, se acerca a tu belleza. Pero ni siquiera la roza. Porque eres tan bella. como una suplica atendida, como un clamor escuchado, lleno de poesia. Si pudieras verme en medio de tan bello paisaje, contemplando el discurrir del Ebro distante de tu boca.  Añorando el beso con el ansia de un adolescente. Mi discurso apasionado sale del alma ausente. Porque no te tengo y solo el escribirte me salva de la muerte.