Sólo unos chicos traviesos
jugando a portarse mal,
queriendo vivir sus vidas
sin respeto hacia las reglas,
sintiéndose gente adulta
y equivocando la ruta
del principio hasta el final.
Así somos los humanos,
inmersos en laberintos
de absurdas contradicciones,
dudas, penas y pasiones,
sueños, planes y ambiciones
y muchos intentos vanos;
no, no somos tan distintos.
Y Dios, desde el fondo mismo
de todos los corazones
contempla con sabio celo
a sus caprichosas criaturas,
las penas, las amarguras
que nos llevan al abismo
de nuestras frustraciones.
Cada cual, en realidad,
es creador de su destino;
cada quien marca el camino
hacia la felicidad,
algunos con sabio tino
en tanto que otros fracasan
en amarga adversidad.
No se burla impunemente
la Divina Voluntad,
las reglas ya están dictadas
y no pueden ser violadas
pretextando "libertad".
Hay que vivir sabiamente,
es preciso ser prudente
y vivir con honestidad.-
Eduardo Ritter Bonilla.
¿Donde estas que ya no escribes? ¡ dinos que ha sido de ti!, es quizas que no pecibes el vacio que hay aqui.