ILUSION DE REY MAGO

Todos los niños tienen algo en comun por muy distintos que sean, la noche del cinco de enero, ninguno duerme.
Recuerdo cuando era un chiquillo, y esa noche era casi imposible conciliar el sueño, no existia una noche mas larga para un niño. Preso de mi curiosidad y casi por tradición, me levantaba a hurtadillas todos los seis de enero a las seis de la mañana, y linterna en mano, me dirigia al salon para ver la huella en forma de juguetes nuevos que habian dejado unos personajes tan magicos que a pesar de no haber pegado ojo en toda la noche, ni siquiera los habia oido entrar. En ese momento, al contemplar aquel espectaculo en el salón, toda la imaginacion y aventuras que rondaba mi cabeza al igual que la de todos los niños, no podia ser entendido por los adultos. Globos de colores, zapatos y calcetines llenos de caramelos, cestitas de esparto repleta de chuches, cajas de juguetes todas perfectamente visibles apiladas y colocadas por primera y ultima vez en el año sobre la mesa y el sofá, papelillos y serpentinas rodeandolo todo, y lo mas importante, el vaso de leche que habiamos dejado en la mesa antes de acostarnos.estaba vacío. Era obvio que al menos un rey mago habia estado allí, el vaso de leche vacio lo delataba.
Tambien como todos los años, despertaba a mis dos hermanas para que vinieran al salon a verlo todo, pero logicamente llevaban despiertas desde que se acostaron. Mientras que yo leia todos los nombres de los juegos y juguetes, eso si, sin tocar nada para no alterar el perfecto orden de todo, pensaba: "esto lo he pedido,esto no lo pedí, esto no se lo que es." Ahora venia lo mas dificil, volver a la cama y esperar, pero aver quien le quitaba ahora a mi hermana de tres años la muñeca que habia cogido de su pila de juguetes. En mi casa eramos muy populares y asta que no escucharamos los cohetes en el cielo y los tambores acercarse, alli no se levantaba nadie.
Al fin llegó la mañana, y mi padre con una cacerola y el cazo del gazpacho, acentuaba torpemente el compás de los tambores que se oian en la calle. Corriamos al salon, no sabia por donde empezar, y siempre echaba una ultima ojeada al vaso de leche. Mi padre cambió las cacerolas por una camara de fotos de carrete.Ahora tocaba fingir la cara de sorpresa.
Aquella noche fue muy especial, desde mi cama pude ver en el salon, una manga azul terciopelo con un ribete de algodon blanco y pintitas negras, acariciando con una mano enfundada en un guante blanco, el mango del triciclo de mi hermana.
Jamas se me olvidará.
Pasan un poco los años, y aunque sigue costando un poco dormir por la noche, ya no era necesario levantarnos a las seis de la mañana a espiar en el salón, puesto que dias atrás ibamos a comprarlo todo con mis padres, y aun sabiendo lo que era, mantenía esa ilusión de utilizar aquel balón, ponerme el jersey nuevo, o echarme esa colonia.
A punto de cumplir la mayoria de edad, las mañanas del seis de enero habian cambiado.¿levantarnos a las seis? Ya ni oimos los tambores acercarse, ahora los oiamos alejarse. Al levantarnos, la ilusión de siempre, se habia tornado desilusión, al comprobar que en el salón ya no había nada. Los reyes ya no tenian tiempo de colocarnos todo tan bonito y perfecto.ahora lo dejaban en el armario de mamá y papá. Ya no leiamos los titulos de los juegos y juguetes, ahora para hacerlo había que arrancar el papel de regalo. como en tu cumpleaños.
Hoy dia, se ha perdido toda la ilusión que uno sentía al ver tanto color y juego. Se perdió la ilusión propia, y la hemos sustituido por esa ilusión de ver a los mas peques de la casa con la cara radiante de alegria y felicidad, sin poder evitar pensar que hace unos años, nosotros estabamos en su lugar, volviendo asi a ser niños grandes por una dia, por una mañana.por unas horas.
En estos tiempo, la noche del cinco de enero para mi es una noche mas, ahora con solo tumbarme en la cama, me quedo dormido. El despertador suena la madrugada del seis, aun no entra el sol por la ventana, y tras apagar el chirriante sonido del reloj, digo lo mismo que todas las mañanas. "Ya son las seis.me voy al trabajo".
JUANMA HERNANDEZ MORENO