Ante tanta belleza conmovida,
siéntome al asomarme a mi ventana,
al ver que la hermosura de mis rosas,
el patio visten en cada mañana.
Un sinfín de colores y matices,
prestas,junto a sus aromas regalan,
se posan las mariposas felices,
y a la naturaleza, así engalanan.
Bendigo a diario la mano del Señor,
que regala a mis ojos tal belleza,
y quedándome extasiada, con amor,
disfruto de mi mas grande riqueza.
Y me siento tal vez, algo orgullosa,
pensando que también, mi nombre es Rosa.
® Susana Valenzuela 29-08-09