"EVOCACION"
Montaña, risco o roca elemental;
tierra tremenda, arena fascinante.
Yo, catarata incógnita al cristal
líquido, en nube azul, fertilizante
arrojado del cielo en condiciones
simbólicas y multiplicativas,
registrando infinitas expresiones
a la vida y la muerte relativas,
hundiré mi cadáver en tu lodo
espiritual. Allí, en tu fértil fango,
tierra y cadáver juntos, codo a codo,
al gracioso misterio de tu vientre
y al regazo abundante de tu rango.
Polvo seré, primario, que concentre
su fuerza hierofánica en las ramas
pensativas, grandiosas del encino,
-trampolín invisible de las gamas
de resonancia secular- y al fino
y acariciante proceder sagrado
de la luna en sus fases fecundantes,
evocaré del germen agostado
formas maternas varias y variantes.
Semillas, creación, germen, latencias.
Suelo, base de vidas y de muertes.
¡Tierra, insondable fuente de existencias!
Voy a morir. Reposaré en tu seno
preludio del teofánico contacto.
Resurgiré doblado de vigores
al asomo del sol, bajo el impacto
de sus felices rayos bienhechores.
Tierra opaca, insalubre, intrascendente
manantial de cadáveres inciertos.
Limo sutil que torna transparentes
la raza enmascarada de los muertos.
Voy a morir tan luego que mi arado
cabe la fosa, surco inagotable
y esté a tu inerme vientre conectado:
fecundidad periódica que indique
siempre un ser engendrable y engendrado.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos reservados)