Recuerdo como ahora
cuando salía a trabajar
en busca del sustento
que nos abría de dar.
Madre mía, por favor,
en casa te voy a esperar.
Era un día muy temprano
cuando salió a trabajar.
La sorpresa de ese día
era que no iba a regresar
al amor de un hijo
que la iba a esperar,
deseoso de una madre
que en sus brazos quería jugar.
Oh madre, que has hecho?
Por que nos vas a abandonar?
Solo queremos amor,
solo queremos jugar.
Madre, por favor,
por que nos vas a dejar?
Madre, por favor,
por que nos has de juzgar?
Si el destino del nacer
A ti te toco llevar?
Y como un juguete que se tira
así nos has de dejar?
Un objeto que se tiene
y se puede regalar.
Madre, por favor,
tú no nos puedes dejar.
Si el destino de unos niños
en tus brazos quedará.
Oye el ruego de un niño
que solo ha de quedar.
Que con lo que he de aprender,
yo nunca he de pagar.
Te perdono madre mía
Yo nunca te ha de juzgar.
Oye el ruego de este niño
que solo quería jugar.
El destino de estos niños
en tus brazos ha de quedar.