Podrás pedirme que no te hable de amor, que no te susurre un te quiero; que no posea, ni tan siquiera, roce tu cuerpo. Porque soy un ser animado al que puedo manipular desde la mente. Pero existe algo que, siempre, será niña, joven, y libre. Algo, que no tendrá, ¡jamás!, dueño o señor que la ate o esclavice para siempre. Y por ello, te hablará de amor, te susurrará, no uno, sino ¡mil te quiero!. Rozará tu cuerpo, y lo poseerá tantas veces como así lo quiera. Porque el Alma es algo que no se puede manipular, que siempre ha vencido incluso a la muerte. Y que no ha habido ni habrá jamás nadie, capaz de robarle la eternidad que posee desde que el mundo comenzó a ser materia