Noche de paz

He oído cohetes
desde mi casa materna.
Estoy pasando la tarde
con ella por su salud.
Ella es mi madre, claro.
La algarabía se oye
desde el cuarto de estar
y abrimos las ventanas,
nos asomamos, gentío:
el olentzero recorre
el pueblo de arriba abajo
y una turba impresionante
le acompaña de la mano.
Son sobre todo niños,
los niños con sus padres,
los músicos con su música,
y los organizadores
repartiendo castañas;
niños que esperan regalos...
La Nochebuena se viene,
la trae un carbonero
con un carro de sorpresas
que preparó en el monte.
La Nochebuena se viene
con deseos de amor...
Hay familias que se unen
al calor de una mesa,
olvidando algunas cosas:
es, en fin, navidad.
Época de ilusiones,
sueños y fantasías...
¿Qué queda del Señor...?
¿Qué queda de su mensaje?
TODO ES FIESTA Y DERROCHE.
Ahora esperan los niños
al Olentzero,
a Santa Claus,
a Papá Noel
y a los Reyes de Oriente.
Todo esto mientras
medio mundo sufre y muere,
mientras se explota a la gente,
mientras se margina al hombre,
mientras crece la violencia,
mientras se da una limosna
para acallar la conciencia,
porque el mundo es terrible
y la injusticia grande.
TODO ES FIESTA Y DERROCHE
en algún rincón del mundo;
en bastantes rincones,
sólo soledad y muerte.
Sin embargo en esta noche
quiero enviaros sinceros
sentimientos de amistad.
Si te encuentras, hermano,
si te encuentras, hermana,
triste, quiero que sepas
que te tiendo mi mano
y te envío un mensaje
de amor. He visto
a mucha gente vencer
a su destino. Ánimo.
Es posible que nada
te diga la Nochebuena;
y que te duela escuchar
los mismos villancicos,
con sus manidos textos,
y que la hipocresía
chirríe tus oídos...
Desde un punto del planeta
he querido acompañarte
en esta noche especial.
SÓLO PUEDO DESEARTE FELICIDAD