Envuelto en oro y seda, nació un torito en la cuna de Salamanca,su padre era negro, su madre blanca, cara y cruz de una moneda.Creció en la dehesa bajo los robles, rodeado de encinas, con sus patitas saltarinas,fiero, pero de sentimientos nobles. Negro azabache de pelo brillante, sus ojillos oscuros de mirada sincera,atento siempre a la espera de alguna hembra, el muy tunante.Astado de pitones afilados,corretea por los prados salmantinos con sus amigos zahinos,aprendiendo para luego ser toreados, pronto sera el marques de las plazas mejores, toro de lidia por los cuatro costados, al que todos aplaudiran admirados y le rendiran los mejores honores, en estas castellanas tierras se hara fuerte, no lo doblegara ni la muerte al general de las grandes guerras.Será el más bravo de la manada para luego embestir con fiereza al engaño,presumiendo en el coso un día de cualquier año hasta recibir la final estocada, llegó por fin el gran día, atrás deja la tierra que lo vió nacer, viajero se va a hacer mostrando su garra y valentía.
¡Que bonito estaba en el ruedo, debutaba en la Maestranza, salió con tronío y templanza, enfrentandose a todos sin miedo. Envuelto en oro y seda, como un valiente, esta tarde ha muerto un torito en la cuna de Salamanca, le lloraban su padre negro y su madre blanca, y en Sevilla tenía una penita muy grande la gente.