NOCTURNO 1

NOCTURNO 1

Por las noches me cuesta dormir.

Muchos años trabajando de noche.

Muchas noches dedicadas a  ganarme el peso.

Pocos pesos, para tantas noches.

¡Triste la vida del pobre!

Decía el imbécil de un patrón que tuve de pibe.

El muy infeliz se creía simpático,

y no faltaba el par de boludos que le festejaban el chiste.

Siempre hay un par de boludos.

Por las noches me gusta mirar el cielo.

De día no.

La noche se hizo para dormir,

¡pero es tan lindo el cielo nocturno!

Puedo afirmar que vi la luna de mil maneras distintas,

puedo aseverar que hay estrellas que cambian de color,

puedo pasarme horas mirando el cielo nocturno.

De día no.

Mi viejo conocía las constelaciones.

Cuando miro las estrellas siempre lo recuerdo,

y me gusta la idea de que a pesar de todo,

ese cielo es el mismo cielo que compartí con él en mi infancia.

Cuando miro las estrellas vuelvo al patio de la vieja casa,

donde está mi viejo enseñándome las constelaciones.

La Osa Mayor, decía, y señalaba para un lado.

Los Siete Cabritos, y señalaba para otro lado.

Mis ojos se dirigían hacia dónde señalaba su dedo,

y en mi cabeza se dibujaban osas y cabritos.

Otras noches me maravillaba con el dibujo que trazaba su cigarrillo encendido,

dejando en mi retina un dibujo detenido en el tiempo por un instante eterno.

Juntos  inventábamos constelaciones con seres mitológicos,

serpientes, piratas, odaliscas, autos de carrera o futbolistas.

Puedo afirmar que vi la luna de mil maneras distintas,

puedo aseverar que hay estrellas que cambian de color,

puedo pasarme horas mirando el cielo nocturno.

Pero ya no encuentro los dibujos en las estrellas.

Las estrellas en el cielo, son las mismas que en mi infancia.

El que se jodió, fui yo.

Por las noches, mientras me dirijo de un lado al otro de la fábrica,

no pierdo oportunidad de mirar el cielo.

Me gusta la idea que me paguen por hacerlo.

Me gustaría ver nuevamente algún dibujo en las estrellas.

Pero no, las mágicas figuras no se manifiestan,

carezco de la fantasía para poder dibujar algo.

No hay fantasía dentro de una fábrica, me dicen.

Sólo producción, me dicen.

Productos manufacturados por seres alienados,

dirán los que nunca pisaron una fábrica, simplificando todo,

lo dirán sentados en una silla manufacturada por alienados,

lo dirán bebiendo en un vaso manufacturado por alienados,

lo dirán fumando un cigarro manufacturado por alienados,

lo dirán escribiendo a mano, a máquina, en computadora ,

pero seguro, sea como sea, usaran productos manufacturado por alienados,

y con suerte a la noche quizás cojan, o los cojan, en camas manufacturadas por alienados.

Yo a la noche camino por la fábrica mirando las estrellas.

Mis compañeros de trabajo manufacturan cosas, mientras piensan,

es gente que puede hacer mas de una cosa a la vez,

trabajar y pensar sobre todo,

Me gusta tratar de adivinar sus pensamientos,

miro sus puestos de trabajo:

en esa máquina hay una bandera de Boca,

en esa otra una foto de una chica sonriente,

en aquella un Ford de carrera,

aquel tiene una foto con un pescado recién sacado del río,

ese otro enmarcó una foto de Perón, Perón, que grande sos,

hermosas mujeres desnudas adornan las paredes de los talleres

Por las noches me gusta mirar el cielo.

De día no.

Mark Raffa