Otra vez llegas tarde con olor a alcohol,
Los sentidos embotados y dificultad para pensar.
Te tambaleas por la casa
Pronuncias frases incoherentes,
Y tu mirada perdida me acusa
De traiciones inexistentes.
Otra vez me gritaras, me humillaras;
No diré nada, pues se que me golpearas. A la fuerza me tomaras
Trataras de convencerme
Y después de dos o tres golpes
A la cama me arrastraras.
Con violencia la ropa me arrancaras,
Tus besos de alcohólico y tus torpes caricias
Mis emociones mataran.
Será otra amarga noche de sexo obligado
Con el alma en vilo y el corazón arrugado.
Mañana al despertar la pesadilla volverá,
Y entre promesa y promesa,
Los reproches evitaras.
Qué más da, es mi culpa, el miedo y la incertidumbre,
De esta prisión sin rejas no me dejan escapar.
Hasta cuando Dios mío
Tendré fuerzas para aguantar,
Dame el valor que necesito
Para decir ya nunca jamás.