En la cama,
oyendo los sonidos de la calle,
no hay drama,
al menos aquí dentro,
respiro la tranquilidad de un profundo valle,
en otro momento
yo era el terremoto y el epicentro.
Criticones me la traen al pairo,
hago lo que quiero,
no,no soy extraordinario,
humano vulgar,
de la perfección soy adversario.
Los horarios desaparecieron,
el calendario voló por la ventana,
mil millones de segundos perecieron,
y me salió mi primera cana,
pero todo es fugaz,
ser eterno se queda solo en voluntad,
así que déjame jugar.
Ahora soy casi feliz,
llegará el día en que borre el casi,
será cuando yo y mi niña podamos decidir
ir en busca de nuestro propio oasis.
Ya no quiero sobresaltos,
ya no quiero ser un guerrero,
puede que no sea el último ni el primero
pero me gustaría decirte que te quiero,
gritarlo bien alto,
que lo oiga el mundo entero,
y que a la guadaña de la muerte le de un infarto.
Disfruto esta soberbia mañana
acurrucado escribiendo en la cama,
tal vez no tenga otra cosa que hacer,
tal vez he apartado el odio y me dispongo a querer.