I.
Como te amé, ¡voy a odiarte!
Aunque no es fácil condenar tu mirada.
Pero tu alma cruel y despiadada
me ha hecho odiarte.
II.
¡Voy a despreciarte!
Con toda la fuerza interna de mi piel, de mi corazón,
Aunque solo pedazos de mi
Hallarás por todas partes.
I.
¡Me he prometido odiarte!
No tolerar tu perfume,
No caer en tus lúgubres juegos
y no ser más tu arrogante sombra, ciega y pusilánime.
IV.
Serás el viento sepulcral de mis noches,
Y tu aroma a ceniza de flores ha de ahogarse,
entre mi único sentimiento
¡sincero hacia ti!
V.
¡Y volveremos a vernos! ¡Lamentablemente!
Pero tu mirada oscura y mentirosa no podrá tocarme,
Porque las espinas que sembraste,
Buscarán caminos sombríos hasta herirte de muerte.
VI.
Las últimas palabras que podre regalarte,
tal vez van a fulminarte,
porque hirientes y amargas,
solo sabrán decirte.
¡Voy a odiarte!.