Brisa vieja de un mundo muerto,
sol cansado, memoria de un amanecer olvidado,
un lucero se aleja sin regreso del puerto
con el último suspiro del ocaso...
Luces bohemias que se apagan en la calma del vacío,
sorda despedida que asemeja un llanto ya escuchado,
ríos sin cauce que enmudecen en tristes cantos otoñales
por laderas muertas de lágrimas y sangre...
No consigo recordar tu rostro,
no he podido olvidar tu voz en mi oído,
el filo de la penumbra rasga tibia el triste sueño
en un amargo susurro que en noche sin luna es ahogado...
Lucero del alba por vana sombra astiado,
no marches donde mis días se condenan al encierro,
un último beso, una primera caricia que quiere engañar al destino,
pero elige el olvido, en el horizonte de su deseo se ha perdido...