Mi adios al Amigo muerto.

Amigo del Alma, ¡adiós!, ¡adiós!:
Ya no estás con nosotros.
¡Ya estás con Dios!.
Aquí dejas las Penas.
Te llevas nuestro Gozo.
Sin ti se ha hecho la Noche aún más oscura.
¡Oscura como un Pozo
Al que llena de espanto su Negrura!.
Mas no has muerto del todo.
Nuestro Recuerdo va a tenerte siempre
Presente entre nosotros
Y más Vivo que nunca.
Mientras por ti pedimos,
Pide tú por nosotros,
Hasta que un día, todos,
En la Gloria de Dios nos reunamos:
Los que ya os habéis ido
Y los que aquí quedamos.
Nosotros aún vivimos en el Tiempo.
Pero tú vives ya en la Eternidad.
Seguimos siendo lo que tú ya fuiste;
Pronto seremos lo que Tú eres ya,
Pues a todos la Muerte
Nos va un día a igualar.
Cuando ese día llegue,
Dejaremos tu Muerte de llorar,
Pues naceremos a una Nueva Vida
Que no tendrá final
Y en la que reinarán
La Paz y la Alegría
Que a todos los que le aman Dios les da.