Para ti, que eres la luna de mis noches heridas,
que sumerges de la nada, para ofrecerme la vida
que despuntas en la mañana, en mi alma fría,
que envuelves mis recuerdos con tu sonrisa.
Para ti, que robaste mi corazón entre prisas,
que enamoraste cada poro de mi piel sufrida,
que ilusionaste mi despertar con tu voz sentida,
que miraste en mis ojos, lo que viste en un día.
Para tí, que susurraste un te quiero en mi barriga
que en el infinito, se quedaron nuestras dichas,
que entre besos nos perdimos, sobre mil heridas,
acariciando los minutos que daban tus delicias.
Para tí, que entre rosas me encerré yo misma,
entre tus manos me perdí, buscando tu armonia,
amando tu silencio, eterno sobre mi melancolia,
siendo tú, el amor que jamás, nunca, olvidaría.