Las nubes son como barcos
navegando en pos del viento,
girones algodonosos
o cúmulos majestuosos
que rompen, con su presencia,
la aridez del firmamento.
Las nubes se parecen, algo,
a los acontecimientos
que surcan por el espacio
de mi vida y sentimientos:
a veces, pasan despacio,
lamiendo con mansedumbre
mis apacibles momentos;
y a veces cruzan, fugaces,
impulsadas por tenaces
vientos raudos y violentos.
Las nubes, en su blancura,
traicionan mi ingenuidad:
nos engañan con su albura
y ocultan, en sus entrañas,
las furias insospechadas
de una enorme tempestad.
Las nubes son tornadizas,
al igual que los humanos:
cambian, constantes, de forma,
de apariencia y de tamaño;
así nosotros cambiamos
nuestras ideas, opiniones
y nuestros estados de ánimo.
Las nubes parecen almas:
siempre flotando sin rumbo,
y le dan la vuelta al mundo
como el humano a la vida,
caminando a la deriva,
siempre a merced de los vientos
y atraviesan por momentos
de tempestades o calmas.-
Eduardo Ritter Bonilla.
Es un verdadero placer leerle, me remito a todos los comentarios de los amigos del rincon. Todos sus poemas son impresionantes saludos Carmen