Recorriendo la senda finura de tu cuerpo,
diviso dos luceros que me envuelven al mirarte,
mi mano temblorosa roza la tersura de tu piel,
erizada por el roce de mis dedos extasiados,
los relieves de tu figura sensual se encrespan
por contacto sudoroso de mi ser fijado al tuyo,
con el ardiente deseo de suspirar éxtasis total,
en las noches taciturnas con un fondo musical,
pleno de erotísmo que inspira a la pasión
de dos seres embriagados por el néctar sudoroso
de los cuerpos,fundidos en llamarada de fervor
resplandeciente que calcina nuestras almas.