Sí, claro que te quiero con el alma,
pero también te quiero con el cuerpo.
Te quiero toda y quiero que me quieras
con toda la piel, con las uñas y con los dedos.
¿Ves mis dedos?
Aquí, donde termino y donde empiezo.
No sé por qué nos dicen que en los dedos
no pueden florecer los sentimientos.
¿Ves tus dedos,
allí donde terminas y donde empiezas?
Déjame que te quiera con mis dedos,
pulsándote apenitas, apenitas,
rozando tus caderas en un largo descenso
por colinas infinitas.
Que mis dedos te besen el ombligo,
que mis dedos se curven en tus senos,
que mis dedos te abran como un cofre
lleno de flores perfumadas, lleno.
Quiéreme con las puntas de tus dedos,
paseando por mi vientre, por mi pecho,
tomando mis costillas una a una,
haciéndome cosquillas en el cuello.
Explórame despacio, soy un mundo
por vos todos los días descubierto.
Estoy abierto a toda la ternura
escondida en la punta de tus dedos.
Sí, claro que te quiero con el alma,
pero también te quiero con el cuerpo.
Te quiero toda y quiero que me quieras
con la piel, con las uñas, con los dedos.
oscar goytia