Por una estrecha calle paseaba
una calurosa tarde de primavera,
el sudor, mi frente empapaba,
al secarlo con un pañuelo de seda
vi tras la reja de una vieja ventana
a una joven cosiendo una prenda de lana.-
Era muy bonita y a ella me acerqué,
sorprendido al ser de lana, le pregunté
para quién cosía aquella camisa,
alzando la vista con una sonrisa
me contestó que era para su amor
que llegaría durante aquel calor.-
A su amor aún no lo conocía
pero cuando llegara a su lado,
tenía la certeza que lo sabría
al pincharse el dedo de su mano.-
De pronto del sueño me desperté
abrumado por el calor que hacía,
pero el sueño en mi mente seguía
y para refrescarme me duché.-
Cual fue mi sorpresa cuando salí,
andando sin rumbo, cuando oí
un pequeño grito a mi espalda,
al volverme vi en una ventana
a una joven con ojos esmeralda,
que se había pinchado un dedo
cosiendo una camisa de lana.-
(Julio 2013 - JOMCI)