Escondida de la multitud,
huyendo del mundanal ruido,
pasa la gaviota las horas
aferrada a su nido...
En los altos peñascos se esconde
solitaria aguardando el momento,
decidirse talvez hacia donde
pudiese orientarse en el viento...
Contemplando del mar dulces olas,
escapando talvez al olvido,
resistiendo, quizás, estar sola,
escuchando del viento el zumbido
que le anuncia que llega la hora
de que emprenda por fín alto vuelo.
Y la brisa, fragante y sonora
le señala el camino a su cielo...
Atrevida y ligera se eleva
a travès de los azules mares,
presurosa tras sus compañeras
en hileras silentes y graves.
Solitaria gaviota que espera
que su Amor llegue a ella...y le ame...