Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose,
vinieron a él sus discípulos.
Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de
ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos
recibirán consolación.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán
la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de
justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos
alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque
ellos verán a Dios .
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos
serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por
causa de la justicia, porque de ellos es el
reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os
vituperen y os persigan, y digan toda clase
de mal contra vosotros, mintiendo.
Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es
grande en los cielos; porque así persiguieron
a los profetas que fueron antes de vosotros. SAN MATEO 5:1-12