El dolor por mi cuerpo se desplaza,
adormece a mi alma la vil tristeza,
en nada ni nadie hallo belleza.
Para salir airoso busco proeza.
Me somete esta brutal desgracia,
por seguir vivo a Dios doy gracia,
sin Él mi vida no tiene importancia,
ya cansa vivir en indiferencia.
Este quebranto me está matando,
sobre mí siento energía sublimada,
toda mi voluntad tengo debilitada.
Por camino incierto voy transitando,
la constante penumbra me desanima,
las dudas al abismo me arrima.
Autor Alcibíades Noceda Medina