NUNCA SERÉ RECORDADO

Nunca seré recordado
por una buena poesía.
Que mis versos son como palos
que una vez quemados
calienta la casa fría.
Y aunque hechos brasa dan calor
pronto se hacen cenizas
que recogidas en un montón,
por el viento es esparcida
y así, presto, todo terminó.
No obstante yo lo escribo.
Pues siento necesidad de ello.
Necesito abrir el corazón
y sacar al verso prisionero.
Luego la ceniza vuela
y tan sólo de ella espero
que no caiga en cenegal
ni tampoco en estercolero.
Que al menos alcance la rama
de algún almendro o ciruelo.
Para que así tome el aroma
de sus flores en febrero.