No es nuevo para mí tanto silencio,
ni estar envuelto en humo
arañando a estas horas soledades.
No es nuevo este sabor de los recuerdos,
ni el peso de esta paz
rumiando frases, sueño y necedades.
Tampoco es nuevo el tiempo que administro,
son segundos robados a otras noches
que se mueven girándose en si mismos.
Son momentos de dudas y reproches
que me asoman, de nuevo, a los abismos.
La locura me acecha intermitente
mientras trato de asirme a mis razones,
y gira, y gira, autista el torbellino
que mezcla y funde orgullo y emociones.
Pero es, tal vez, lo más claro el silencio.
Este silencio atroz que me domina.
Un silencio detrás de otro silencio,
Sólo silencio, ausencia y nicotina.