Nunca te menti

Cuantas veces pediste mi querer
y no te lo quise entregar;
en mi corazón no existía
ningún indicio de entusiasmo.
En los sentimientos
nadie puede aconsejar.
Vi la tristeza en tu rostro,
y no logré prevenirlo.
Tú dijiste que me amabas;
yo no lo sentía por igual.
Eso tú no lo comprendiste
y enseguida empezaste a llorar.
Varias lágrimas de amargura
se deslizaron por las mejillas.
Sabías que me ausentaba,
y que no volvería jamás.
Eso te produjo un gran pesar.
Escuché palabras dañinas,
pero yo no pude hacer nada.
Quise que comprendieras
que el amor se tiene que sentir
para poderlo adjudicar.
No digas que arruiné tu vida,
porque nunca te mentí
siempre te hablé con lealtad.