Rotas las cadenas del pasado
eslabones sueltos aún quedan,
y se agravan como el óxido
de los grilletes por la piel
sangrante que en ellos queda,
en los gritos de igualdades
que no llegan, acalladas
en los cuellos blancos
de los que se sientan,
para permanecer callados
en la indiferencia
Por el hambre que ellos mismos
multiplican, llega y queda
en las mismas blancas manos
de las blancas camisas,
con mugre por dentro,
los cuellos blancos y duros
ocupan los mismos asientos
de pana y cuero,.
para permanecen callados,
mientras otros sufren hambre
y beben solamente suero de pueblo
El pueblo calla la indiferencia
mientras los puños sucios se levantan
y sangran por dentro,.
pidiendo la clemencia de necesidades
que nos los deja criar sus hijos
como ¡Dios manda!