¿Sabrían ustedes decirme,
si acaso han pasado por allí,
cuando al atravesar camino de nadie
y puede que polvoriento, si anduvieran caminantes,
por qué aparece de forma inesperada,
adosado en una de sus riberas,
diríase aterciopeladamente,
una pared blanca
que en días de plenitud botánica,
cuando los colores asoman,
surgen, como racimos entretejidos en la forja de su balcón,
multitud de sonrisas?
gratas, delicadas
y escenificadas en su integridad
¿Sabrían ustedes decirme
por qué me invade la pena?
¿Por qué me es más fácil penar?
Díganme, si acaso en silencio,
pues por aquí no hay camino ni caminar.