ObsexSiOnS

Miro hacia la puerta y te encuentro, de pie, bajo el umbral, bien vestido, siempre bien vestido. Camisa blanca, traje negro y corbata del mismo color. Hoy llevas tu abrigo, ese que tanto me gusta, y esa sonrisa a medias, picarona, objeto de mi deseo.
Me miras fijamente…¿Ya has venido?… Si, he vuelto, como cada noche.
Volvemos a encontrarnos como cada noche, y como cada noche, empieza el juego de la seducción.
Abro mis piernas lentamente, jugueteo con ellas, estiro una y flexiono la otra, las cierro, vuelvo a abrirlas dejando ver lo que tanto ansías.
Jack, ¿A qué esperas?… te pregunto, no respondes, hoy sólo quieres mirar. Entonces bajo suavemente mis manos.
Primero por encima de mi ropa interior, pero juguetones se entrelazan y se cuelan por debajo de la ropa . Acaricio mis pezones que se tornan duros bajo un mar de caricias, empieza la excitación, tu mirada lasciva me excita aún mas haciéndome caer en la lujuria.
Tu nombre no es Jack, pero así me gusta llamarte. Tú me sigues el juego
Retiro lenta y suavemente mis manos y sigo bajando por las curvas de mi cintura, me encuentro con la tela de mis braguitas. No la retiro, acaricio mi sexo por encima de la fina tela que lo separa.
Noto tu excitación, puedo notar tu aliento cálido, cada vez más agitado mientras sigues de pié en la puerta tus ojos no dejan de acosarme un solo segundo.
Busco una entrada por una de mis piernas, retiro la tela y empiezo de nuevo.
Mi mano se desliza por dentro de la tela, necesito más, te miro, mojo mis labios secos por la respiración agitada, deseo tenerte pero continúa el juego.
Mis dedos siguen deslizándose sigilosos por entre la tela, abro mis labios y compruebo la humedad, el nivel de excitación se agrava cada vez más. Introduzco la otra mano bajo la tela, y tus ojos… fiel espectador que aumenta mi deseo, mi ansia de tenerte, pero no, sigues fijo, quieto, en la sombra de mi habitación.
Y comienza el ritmo.
Acaricio levemente con un dedo, el ritmo acompasado hacia arriba, hacia abajo, hacia arriba, hacia abajo y una vuelta y otra y otra más, ya no es un solo dedo, necesito más, necesito acariciar mi sexo con todos los dedos de la mano, el ritmo no cesa, se acelera, izquierda, derecha, izquierda, sigo acariciando mi clítoris húmedo, bajo hacia los labios, introduzco uno de mis dedos, es como un volcán a punto de…. Aprieto mi mano con decisión y lujuria, necesito más, más, más, necesito llegar… freno el ritmo, descanso, te miro, me miras, sigue, me pides, te sonrío maliciosamente.
Mojo de nuevo mi mano con la humedad de mi sexo, y de nuevo empieza el ritmo acompasado, lento, suave, voy acelerando poco a poco, apretando cada vez más, imaginando que es tu lengua la que me recorre.
Cierro los ojos, noto que se va acercando, necesito sentirlo, el nivel de excitación aumenta, cada vez más, sigo acariciando mi sexo de forma circular, una vuelta y otra y otra más, me voy acercando al placer infinito, acelero el ritmo, creo que voy a llegar, te miro y en ti veo la llama de la pasión encendida.
Estoy tan cerca de llegar… y un gemido ahogado intenta escapar de mi garganta, el movimiento acompasado continúa más suavemente, mi cuerpo se arquea por la espalda, necesito besarte, busco tu labios en la oscuridad de mi habitación, te acercas, te beso, me tocas, acercas tu mano a mi sexo, introduces tus dedos en mí, dentro y fuera, dentro y fuera, dentro y fuera, de nuevo te beso, con lujuria, con pasión, con deseo, todo el deseo reprimido hasta ahora, vuelvo a sentir el placer, sigo acariciándome mientras me introduces tus dedos.
Te deseo, necesito sentirte dentro, muy dentro, pero sigues sentado en el borde de mi cama.
Otra vez, me llevas a la cumbre del placer de nuevo, otro gemido ahogado por un beso, eres malo, te digo, tu sólo sonríes y me besas.
Quedo tumbada en la cama, con la tela de mis ropa interior aún húmeda. Mañana volveremos a vernos, mañana en la noche, volveré a soñarte reclamando tu mirada.
Hasta mañana.