Ocaso de mi vida

En el ocaso de mi vida radiante
cuando se ocultaba el sol del estìo,
y me cubrìan las nubes de un cielo gigante
y tras las montañas, los rayos del sol se asomaban
y en mi incesante caminar se reflejaban
en todas las màrgenes del rìo.
Hermosa tarde que curas la melancolìa
aligerando la angustia de mi corazòn cansado,
evitando que sienta la eterna agonìa
de vivir sin amor, y de sentirse olvidado.
En esta tarde, luminosa y polvorienta
en que voy recorriendo un camino solitario
cuando ya las aves callaron porque estàn soñolientas
con el crepùsculo a cuestas y mi andar agobiado
entre la angustia y la tristeza
de mi vida solitaria y sombrìa
yo; sigo recorriendo mi camino
con mi dolor a cuestas y mi caminar cansado,
y nuevamente siento que la intensa agonìa
me pesa como un lastre
y hace a mi corazòn pesado.