ODA A GUACHETÁ

Te conozco Guachetá sin conocerte,
conozco tu aire para mi desconocido
Te miro sin mirarte,
admiro la belleza de tu valle
tendido al pie de la montaña
que a diario suda frío
para el calor de su gente
activa, luchadora y progresista.
Te siento sin sentirte Guachetá
tus minas de carbón te gritan
la esperanza reluciente
ante los ojos de tus hijos.
Siento tu sol embriagador
luchando con el frío
cobijado por la aurora.
Siento tu sol acariciando
la dulzura de los niños,
siento tu sol contemplando
la belleza de las damas,
siento tu sol
besando las veredas,
ese sol que los Muisca adoraban
en el nombre de Sué
su Dios amado.
Te escucho Guachetá
sin escucharte.
Oigo el canto del lechero
quien entona coplas sabaneras
cuando ordeña su ganado
por sustento de su prole.
Te escucho Guachetá,
escucho el silbido de tu viento
quien susurra
en el oído de los pájaros
que replican su trinar de melodía
al deleite del oído Guachetano. Laureano Marcano N.