Provocas el suave encanto
de la rosa dormida
sobre el panel
de mimbre, que a tu costado
suaviza.
Seduces con tus pupilas,
pequeñas perlas
deliciosas, que a mis
ojos...dominan.
Defiendes tus parlamentos
cual la verborrágica
mujer, que sin saberlo,
tienes y te lo demuestro!
Acaricias en las demasías,
como palideciendo
mis besos, en cada
toque de tu boca
a mis regalias.
Me nombras, como
se murmura a la devoción
por un hombre,
a solas y en silencio.
Me miras, única e inigualable
en cada gesto
de tus paralelos,
que a mi sinónimos,
palidecen.
Entregas, la indómita
apariencia de tus
fueros, donde
el placer, llama
con solo desearlo.
Y callas...que
hermoso cuando callas
bella, porque de ti,
salen los sonidos
mas alucinantes
que mi piel
pudiera entender.