Odiame

Bien sé del nubarrón, de las tormentas
Que ayer asolaron a tu alma pura.
Bien sé de tus llantos, de tus locuras
Por culpa de lo soez de mi afrenta.
He visto tu mueca moverse lenta
Hacia una tristeza que aún perdura.
Sentí tu risa caer inmadura
En una calle negra, cenicienta.
He sido un tipo vil, despreciable,
Necio arrepentido, pero culpable
De ya no ser de tu amor el custodio.
Te deje en las manos, roto el corazón…
Ahora podes mirarme y con razón
Entregarme con tu amor todo el odio.