Como rayito de luz que se cuela en la ventana,
así llegaste a mi vida iluminándome el alma.
Tu contagiosa sonrisa, tus ocurrencias y bromas
cual alegres campanitas, con la brisa, son sonoras.
Sorprendida, aquí estoy; tu cruzaste en mi camino,
con la suavidad del pan y la dulzura del vino
hoy te puedo saborear, mil gracias doy al destino.
Brindaremos con la copa rebozando de esperanzas
publicaremos al viento,nuestra fé con alabanzas.
Ya nunca mas temeré que tu auscencia me ocasione,
tantas dudas, tantos miedos,solo espero a que funcione.