Como bestias enfurecidas,
¡Ya no puedo entender!
Tanta injusticia bebida,
¡Ya no siento sed!
Sin embargo apostolada a la libertad,
sumergida a la luz de principios,
Mi Himno de patria truena en su mitad,
¡Rios de vicios!
que se incrusta como paternidad.
Un llanto infinito de hambre,
recorre la carne en cada ciudad.
Pero buchones se encuentra el hombre,
llenando sus escudos de maldad.
Restregando cada compra,
como alimento de bien.
Abierto la boca del hambre y sin sobras.
junto a sus parásitos tambien.
Extasiado y buchón el comadante,
en cada plato de polvora.
Mientrás que el pueblo y su gente,
vacios sus platos a cada hora.
SOL