Tu maldad

Tu maldad
El odio y la maldad del hombre
suele dañarnos la vida,
nos trastorna los sentidos
y nos entristece el alma
con su rencor arraigado.
Yo te pregunto hoy
cómo a cualquier otro ser humano
y aunque no me contestes a mí
contestale a tu conciencia
con toda sinceridad.
¿Qué fue lo que incitó a tu corazón
para odiar a tal extremo?
Dios te regalo la vida
te hizo a su divina semejanza
Te dio el regalo más hermoso
y ahora, ¿por qué lo defraudas?
Si alguien te hizo daño
hiriendo tu corazón,
no te ensañes con los demás
para disipar tu dolor.
Si tu corazón sigue herido
y si tu alma siente ardor,
¿por qué no le pides a Dios
para que le de paz a tu corazón?
Nadie sabe con certeza
la magnitud de tu odio,
pero por lo que podemos ver
tu odio es más inmenso que el mar.
Hoy te escribo éstas líneas
y con ellas te quiero decir,
que aún estás a tiempo
para que te puedas arrepentir.
El daño que has hecho es grave porque haz ofendido a muchos
y aunque tú no lo comprendas
eso ya no se puede cambiar;
lo que si puedes cambiar
y aún no es tarde para eso
son tus sentimientos negros.
Hoy te exhorto esperanzada
a que cambies tu estilo de vida,
ya no hagas daño porque lastimas
y cambia por lo que más quieras;
pide perdón por tus errores
y arrepiéntete de corazón,
que las cosas pasadas se olviden
y no vuelvas a reincidir.
Palabras del alma
Martha Humphrey
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