Moriré con las botas puestas;
escribiré hasta que amanezca,
y si por ello me asesinan,
será haciendo lo que me fascina.
Muchos lo han intentado;
mis palabras al viento han sentenciado;
algunos elogian el portento;
otros, sólo quieren saber de mis lamentos.
Estoy aquí con la cara lavada;
mis trazos anuncian la madrugada;
no maldigo a la vida, aunque me hizo triste,
la amo, pero no importa si quieren destruirme.
Soy gladiadora del Circo Romano;
la Edad Media me ha tomado la mano;
todos ríen, se embriagan, gozan,
porque entre los competidores soy frágil cosa.
No me tomen por cobarde
si abandono mi silla por la tarde;
me retiro porque no tengo más fortuna,
que partir erguida en busca de las mil lunas.
En la alborada silencio mi espacio,
si alguien lo desea, mis poemas lea despacio;
entrelíneas, quizá, puedan encontrar reproches
de una aprendiz, que vino como ladrón de noche.
Rosagraniana
26/2/2007