Aislado, confinado, solo, y a la espera del posible deterioro; espera por ahí, el inminente y fatal "Olvido"; preguntándose afligido; en qué momento; por qué motivo; y cuál fue la causa o la desidia de tan descomunal suceso.
Porqué tan vasta potestad, quedó atrapada en su bastión o imperio, vistiendo el manto de la negligencia maligna.
Y porqué la invisible peste implacable y silenciosa, hizo estragos a nuestros torsos, socavando el ánimo de lucha, sin repiro y sin aliento, y sin dar tiempo a una justa despedida; que con un abrazo, o con un beso ó, con una gentil mano amiga, nos guiara hacia el remanso en la partida.
Porqué... apilados, desnudos y mancillados, vio impeler inánimes los corrompidos cuerpos, hacia la misma y común lumbre emparedada, que con insaciable y voraz vehemencia reclamaba, la nobleza y el linaje de la más grande estirpe, para fundirla con el polvo de la indigencia y la penuria de la prole.
No; ya no hay tiempo para el normal "Olvido"; sólo una larga espera y su temor ante el macabro y siniestro sombrío.
"Que se apañen hoy los cabos sueltos, y estos tiempos de impudicia; y el clamor con su justicia, nos devuelva a todos las delicias, de estar juntos otro día, explorando y coincidiendo a nuestras anchas, sin los abismos tan profundos, y sin distancias ni alabanzas".
Óscar Herrera M
New York 2020