DESEO O ANGUSTIA

¡Ahí! entre mudas urgencias que a solas revientan ligeras, los sueños asoman de pronto procurando en sus desvelos ser el principio alucinante de un cabalgar furioso sobre el vientre, embravecido ya de tantas caricias retenidas por la espera y la locura de darse sin medidas ni forma hasta perecer en el hartazgo. ¡Ahí! entre quedas sensaciones que azotan repentinas las ideas trastocando fantasías en lujuria, están las coplas palpitando solas como aguardando el momento último para dar inicio a sus desvaríos, húmedos ya en el deleite tremendo de trepar hacia el hastío, enredados entre esencias transparentes que brotan en el amanecer repentino de la vida. ¡Sí! besos y piel entrelazados en la entrega primera, manos que se agitan vibrantes junto a espasmos ignorados, labios sangrantes y tímidos en el contacto supremo de las bocas, que se dan desesperados a la verdad cierta del deseo, y dos cuerpos inventados que extasiados aún no mueren.