Recuerdos de lo que te llevaste

He ido tirando piedras a los trenes que nunca cogía.
Éramos peligros cuando jugabamos a ver escapar el tiempo.
La luz entra con el recuerdo de tu risa,
que ya nunca baila para mí,
infernal recreo de columpios muertos,
guía desbocada, mudanza de miradas apagadas.
Son malos tiempos para el que tiene el corazón lleno de barro.
Lo que un día fueron riquezas, te lo llevaste con el viento
y pisaste los cimientos mojados de una ilusión por darte.
Discreta o a voces ando con el tiempo,
paradoja imposible de este enero.
Cualquier día se desangrará esa calle
donde me regalaste un beso y ya no nos ve pasar.
Late tu cuerpo tan lejos del mío
como el calor que dejaste amarrado al hielo,
detirriéndose está en mi cama a fuego lento.
Me perdería por encontrarte en plena noche
y vivir en tu puerta esperando el milagro
que nunca se convoca en tus dientes.
Recuérdame que las caricias de ayer no fueron prestadas.
Océano de kilómetros y arena en los bolsillos,
ajuste de cuentas por las noches perdidas.
No me canso de inventarnos, de pensar donde estarás,
de soñar con las cadenas oxidadas de tu pelo
Dime a dónde nos llevó este río,
laberinto de brisas y ciclones
bailando al compás de esta ciudad
borracha de imaginar que quizá algún día te arrepientas,
que quizá algún día volverás.