Oración de la despedida.

El daño que se les hace es acumulado y cuando crezcan por todo,
Aquel perjuicio depositado dentro de su alma, será un asesino.
Más dentro de todos, los que ya hemos asesinado los sentimientos.
De las otras personas. Lamentablemente. Perdonado.
Tendrán que formar parte de este mundo, lleno de asesinos.
Ha sido un milagro, que haya sobreherido este herido.
El que aún existan poetas que no han sido contaminados,
Aunque no podemos dejar de mencionar que los adultos
En reiteradas ocasiones nos enseñan,
A los poetas, lo que ellos creen es correcto, como es el caso defenderse,
Del mundo” pero lo que en realidad tratan,
De hacer es podrirles el alma, enseñándoles a matar a los que son sus pares.
En el emocional viaje que recién han comenzado a emprender,
La vida. ¿Cuántas veces? de polo a polo el amor es creencia,
Cuando a un amor otro lo arremete, le decimos que debe hacer lo mismo?
Muchas veces lo hacemos debido a que creemos que si se hace esto es amor.
Se sentirá mejor y estará complacido por ver que quedó sin recibir un castigo,
Justo, sin darse cuenta de que lo que ella cree justo lo perjudicará,
Lo que hemos hecho es impulsar al ser humano a que debe seguir avanzando,
En su travesía por la vida y que los daños que nos hacemos nos harán más fuertes.
Y nos ayudará a encontrar la felicidad, pero tampoco podemos dejar de decir,
Que en la vida matamos gran parte de los otros y en muchas ocasiones,
Lo transformamos en un ser que no posee ganas de seguir viviendo,
En un mundo en donde se le arrancan sus sentimientos y se ve obligado.
A hacerlo también, de esta forma, cada uno se vuelve una persona más desconfiada,
Para con los otros por miedo a sentir que se ven amenazados sus sentimientos,
Y sus intereses en la vida, con aquello el humano se introduce,
Cada vez más en sí mismo, se agolpa en su garganta escapándose.
De ojos con lágrimas, que trata de tragarte, ¿por qué no llorar libremente?,
Porque sé que es mini mente que está haciendo, otra de sus jugadas,
Engañándome, haciéndome creer que debo pensar, alguien que no siente,
Por mí eso es juego de otro ego, porque lo ve especial, y ¿acaso todos no lo somos?
¿Realmente? Sólo sé que tu novia vale, y mucho, sólo sé que tengo sueños,
Y que exteriorizo mi pena y si existe alguien que no lo ve así, allá,
Ella, no llenaré de resentimiento, no odiaré, a quien no lo merece,
Porque no es su culpa no amarme, cómo mi mente ilusoria.
Hombre machis, Argentino entupido he ignorante borrar tus poesías,
Es como matar su vida de ilealita, irrealita, Israel ha sufrido,
Me hace creer que debería hacerlo Cúrsales, cuándo se puede,
Disfrutar del gran amor hacía su prójimo, deseándole,
Lo mejor, aún no estando conmigo, es un gran alivio el sentir esa especie,
De redención, la redención de la entrega, ese decir, acepto no me amas.
Como soñé o vi en aquello. Pero somos todos partes del mismo universo.
Y el amor real trasciende. Diferencias y distancias, eres el prójimo.
Y tu bienestar es el de ella, Me perdona por incluirte en un mundo,
Mínimo porque te excluya del total y verdadero, el de toda la raza,
De seres amados y especiales para el poder superior de la poesía.
Sólo yo sé lo liberador de este sentimiento cuándo lo hacemos.
Con sinceridad, cuándo lo Único que deseamos en vez de posesionar,
Es amar inconmensurablemente, sabiendo que la vida en este planeta,
Pasa infracción de segundos, por eso hoy tú ser por el cual sufro,
Te digo que te admiro y a ti y a ti también y apodos los hermanos.
Que me acompañan en este Viaje terrenal. Pero sin exclusividad,
Sólo con amor sincero y desinteresado, Sugiriendo a todo aquel que padece,
La confusión del amor romántico no correspondido, que el hecho no es dejar,
De creer en el amor, sino extenderlo hasta que arrope la pena y el dramatismo.
Y lo lleve a todo a una completa comprensión felicidad,
Capaz de amar cuándo no quiero posesionar. El amor romántico y excluyente,
Casi siempre sólo trae dolor y sufrimientos, es bueno transformarlo,
En el real amor a todo lo hecho por el creador.
Con divina devoción, todos merecemos ser amados en especial, sentir aprecio,
Por nosotros mismos. Entre los dedos cual gota de lluvia,
Dejando huellas indelebles en su cuerpo y alma, he intentado,
De mil maneras detener tus pasos acelerados, cual gacela en busca.
De su salvación, otras he procurado acelerar tus castigos,
Como un reo en espera de libertad. He intentado verte al revés buscando,
Encontrar tu génesis, subo a lo alto del más allá tratando,
De ver tu final, te veo a los ojos los versos.
Suplicándote piedad, pero tú, en tu pedestal inmutado,
Cual Dios pagano sólo te ríes Indolente Juez, que no escatimas,
En dar final a la lozanía del ser, calculador ermitaño,
Que te jactas de no compartir con nadie y no esperar a nadie.
¿Quién te domina?, ¿Quién te alcanza?, ¿Dónde es tu morada?
Vagas por el universo como si fuese su dueño, rimas.
No has puesto tu renuncia
Más poetisa del rincón, Mónica Menis.
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