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Cuando la aflicción marchita, el fuego de un anhelo,
Y desgarra en gelidez.cada surco de tu aliento,
Entre lágrimas tratando,de calmarle sed al viento,
Erosionando con venenos, van marcando desconsuelo.
Y surge el llanto.intentando borrar, lo que la vista divisa,
Con su virtud de congelar.al erizarnos con su hielo,
Siendo capaz, de trasladarnos o mancharnos en su suelo,
Cuando se esparce flagelando,tristemente una sonrisa.
Atacando y castigando, la fragilidad de tus facciones,
Cuando se adhiere con angustias y pesares en su flema,
Con la mente agonizante, de una fé que se marchaba.
Y así cesantes.escaparon en congojas, grandes ilusiones,
Como la llama que recorre. el escrito que se quema,
Aniquilándo cada frase, cada letra, cada historia que contaba.
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