La miel de tus labios he saboreado,
mis manos te entregaron amorosas caricias,
mis ojos muy traviesos se han embelesado
porque han observado todas tus delicias.
Mi Helenita hermosa, mi Helenita bella,
bendita tú eres entre todas las mujeres,
eres tú mi luz, eres tú mi estrella
porque satisfaces todos mis placeres.
Tu tierna mirada, tu ingénua sonrisa
es el alimento que mi alma necesita,
tu cálido aliento es la suave brisa
que refresca mi vida, mi bella Helenita.
Tu cabello hermoso peinado por el viento
es como las redes que hay en la mar,
quisiera enredarme y morir contento
porque su perfume he de respirar.
El timbre tan tierno de tu dulce voz,
tan suave y tan tibia tu canela piel.
Si estos regalos me ha entregado Dios
es que es necesario nuestra luna de miel.