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Defecto
Poema
Categoría: Patrióticos

Orgullo extremeÑo

Orgullo de tierra extremeña
en las venas, en los huesos.
Sabor a tierra labrada
en el sudor de mi cuerpo.
Toda la mente oupada
por sus lindos pueblos.
El sol de tu cielo azul
baña toda tu tierra
y deja toda su luz
en sus casas, en las calles,
en los árboles, en tus
gentes, que son gente
extremeña.
Extremeños que vivimos
en la más bella tierra,
defendamos con valor
nuestra noble herencia,
sepamos apreciar
la grandeza extremeña
y pidamos morir
enterrados en su tierra.
Datos del Poema
  • Código: 332627
  • Fecha: 17 de Enero de 2010
  • Categoría: Patrióticos
  • Media: 7.01
  • Votos: 74
  • Envios: 0
  • Lecturas: 2,001
  • Valoración:
Datos del Autor
Nombre: M.G.G.
País: EspañaSexo: Femenino
Fecha de alta: 16 de Enero de 2010
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
wenceslao mohedas ramos
invitado-wenceslao mohedas ramos 19 de Febrero de 2011

Acabo de leer este sencillo poema que rezuma amor a mi querida tierra, Extremadura (España) y me ha venido a la memoria un poema que compuse a mi tierra. Este poema de "Orgullo extremeño" es un poema sencillo, modesto arromanzado que refleja el amor del autor a su tierra natal. El contenido está bien, es hermoso; pero, a mi modesta opinión , le falla la forma, que está poco trabajada poéticamente... Aquí cuelgo un poema personal del mismo tema, Espero y deseo que os guste. Saludos cordiales y amistosos de Wenceslao Mohedas Ramos Jaraicejo (Cáceres)/ Barcelona (España) DESPIERTA, EXTREMADURA, DE TU SUEÑO Despierta, Extremadura de tu sueño despierta, tierra mía, del letargo en el que te han sumido la ignorancia, los sucios intereses de unos cuantos: parásitos, caciques, señoritos, latifundistas, curas y ricachos que te han negado el pan y la cultura y te han alimentado con engaños, gobiernos que han sembrado la injusticia en el reparto de los bienes patrios, gobiernos centralistas de otras tierras disfrazados con traje democrático... ¡Sólo ellos han querido tu incultura! ¡Sólo ellos te han hundido en el atraso! Despierta, tierra mía del sopor de la siesta gloriosa del pasado, pues, si quieres fama nueva y duradera, has de vivir el sueño despreciando. ¿De qué sirvieron las pasadas glorias, las conquistas de Cortés y de Pizarro y otros muchos valientes extremeños que dieron a tu tierra inmortal rango, aquéllos que con sangre aventurera conquistaron el suelo americano? ¿Dónde fue la riqueza conseguida? ¿Dónde fue tanto tesoro conquistado? ¡Para pagar los gastos de los reyes! ¡Para pagar sus fiestas y boatos! Despierta de tu ensueño, tierra mía, es inútil soñar con el pasado; una región no se levanta con recuerdos, se levanta con cultura y con trabajo, con la dura labor de cada día, con la unión de cabezas y de brazos, de cabezas que apunten pensamientos y de brazos que puedan realizarlos, con industrias que transformen las materias, los recursos primarios de sus campos. Tu pasado es la historia de una herida: la emigración que te ha ido desangrando; cada gota era un hijo que emigraba buscando en tierra extraña lo esperado: el pan y el bienestar de su familia al precio del dolor y el desamparo. Yo he visto a los hijos de tu tierra lejos de ti, con garra trabajando, dibujada en su rostro la tristeza del que vive en un lugar que le es extraño, escuchando otras lenguas que no saben y otras tierras con su sudor regando... Te siguen desangrando por tus ríos, su líquido elemento es codiciado para calmar la sed de otras regiones que, sedientas, a ti te van secando. Nucleares y pantanos de qué sirven si no riegan tu suelo calcinado, si no enriquecen a tus pobres hijos a tristeza y a miseria condenados. Todo emigra: el agua, la energía, de tus vegas la fruta y el tabaco; el algodón, la lana, el vino, el corcho, los más tiernos corderos del rebaño, materias primas que transforman otros y éstos son los que ganan transformando.. Sé extrema y dura.., con la nueva vida con esa vida que te impone el átomo que siembra de peligros nucleares la belleza y la pureza de tus campos y amenaza con la nueva peste atómica tus ciudades y pueblos despoblados. ¡ Fuera, fuera de aquí tanta basura que envenena nuestro aire puro y diáfano! ¡ Fuera, fuera de aquí latifundistas que empobrecen con sus cotos nuestro agro! ¡ Fuera,, fuera de aquí gentes inútiles, señoritos, caciques y parásitos que viven del trabajo de los otros y el ajeno sudor viven chupando! Todo esto te lo dice un hijo tuyo, una gota de tu sangre..., un emigrado con la boca reseca por la ira, con el alma mojada por el llanto... Wenceslao Mohedas Ramos

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