ANHELOS DESECHOS

Solo y vacío, estoy esta noche blanca,
entre las sombras pálidas de tu amor lejano.
susurrando en el umbral de la catedral de mis sentimientos,
las frases más sinceras que un corazón ciego
ha podido encontrar entre las esquinas escondidas,
de lo que fue nuestro océano de amor;
ése que se niega a morir,
condenado ya, irremisiblemente,
por la ausencia de tus manos,
el murmullo de tus besos y el aroma de tu piel.
Tu voz elocuente, en el silencio de mis pensamientos
estremece cada esquina de las estructuras de mi alma,
arañando lentamente, y sin yo saberlo,
las paredes tapizadas de lejanos recuerdos
de odios remotos, de ventanas entreabiertas.
Llegas tan rápidamente en el paisaje conocido de mi ayer
que no sé como detener las estelas del dolor de tu amor,
de las miserias de mis recuerdos cansados,
de cada palpitar desnudo de mi corazón herido,
no sé como detener el muro de mi lamento ardiente,
de los fragmentos trizados del mapa de tus labios húmedos.
Ayer te amé tanto que creo haberme cansado ya,
me embriagué del néctar de tus besos y
con las fragancias exquisitas de tu piel.
Hoy no tengo nada de ti, excepto solamente lo que
fue mío en verdad: el retrato vago de tu sonrisa.
Te has ido lejos de aquí entre bosques de fantasías y
anhelos inverosímiles de tu esperanza soñadora.
Quizás, ya me has olvidado entre los acantilados de tu presente
y los labios hambrientos de otro amante.
Hoy, las luces serpentinas de la gran ciudad,
que escucha mi lamento callado,
trae consigo ecos sordos de tu alegría,
que distante y serena me recuerda que ya no eres mía,
que eres ajena, que eres otra en la cárcel de tu vida.
Mis promesas rotas frente al espejo mentiroso de mi cuarto
navegan sin rumbo fijo entre los espacios de mi olvido frágil
dejando en cada paraje de mis pensamientos
poemas estériles que nacen con cada suspiro que emerge,
con cada lágrima seca, con cada silencio de mi pluma.
Aquí me quedaré yo, escribiendo una y otra vez tu nombre,
en los atisbos infantiles de mis anhelos desechos.
Quizás sea muy tarde cuando la noche negra
eclipse mi vida para siempre,
quizás sea muy tarde cuando algún día regreses
por los paisajes desiertos de mi vida,
quizás sea muy tarde para tanto dolor escondido
para tanto amor anhelado,
para tantos besos desdibujados.